Estamos a punto de cumplir un año desde que es posible comprar medicamentos no sujetos a receta médica por internet, y en este año las autoridades sanitarias han aprobado a más de 250 farmacias para que realicen esta tarea. Para aprobar a estas farmacias, las autoridades principalmente han revisado los sitios web de las mismas, asegurando que respetan los requisitos recogidos en los Artículos 8 y 9 del RD870 (el logo de Distafarma, los datos de contacto, la titularidad del dominio, etc), pero en muchos casos no se ha inspeccionado la forma de gestión de esta venta online por parte de la farmacia, es decir, todo lo relativo al Artículo 10.
Una de las deficiencias que nos encontramos es (como algunos medios ya anticiparon) la atención farmacéutica online. Y el caso es que si preguntamos, a través de la zona de contacto de muchas farmacias online aprobadas (sobre todo, las de reciente aprobación), sobre alguna patología menor específica, la respuesta (en contra de lo que uno espera recibir) es: nada. No hay respuesta. Este caso, no plantea demasiado problema para el usuario, salvo haber perdido algo de tiempo, dado que el cliente normalmente no finalizará la compra al perder la confianza en el sitio web, y buscará asistencia en otra farmacia online.
Pero no es esto lo que el RD870 espera de los farmacéuticos online. Recordemos que de acuerdo con el Artículo 10 sobre los “Requisitos de la dispensación y uso racional de medicamentos no sujetos a prescripción”, la intervención del farmacéutico es requisito inexcusable y además es obligatorio asegurar el buen uso del medicamento. Para ello, el farmacéutico no sólo deberá contestar a las preguntas que tenga el usuario, sino que además debe preguntar lo que haga falta para asegurase de que se está sirviendo el medicamento que va a resolver el problema de salud del usuario. Además se debe ofrecer un servicio de seguimiento farmacoterapéutico y farmacovigilancia. Es decir, una actuación farmacéutica en toda regla, que los farmacéuticos digitales estamos claramente obligados a realizar y que, sin embargo, a día de hoy no es realizada en la inmensa mayoría de los casos.
¿Y por qué no se realiza? Simplemente porque los farmacéuticos digitales que acaban de entrar en el mundo digital carecen de los conocimientos técnicos (y quizás legislativos) para realizar una buena AF online. La parte técnica, se la debemos dejar a los cursillos de aprendizaje sobre la herramienta digital correspondiente, pero sobre lo que dice la legislación, podríamos considerar la siguiente guía para buenas prácticas en la AF online.
1. Se debe realizar dispensación activa del medicamento. Por supuesto es necesario asesorar previamente si el usuario contacta con nosotros, pero si no lo hace, se debe ofrecer asesoramiento siempre que se compre un medicamento.
2. Se deberían presentar cuestionarios específicos para asesoramiento respecto a la dolencia o medicamento deseado, o preguntar en cada caso mediante email. Es importante que se use comunicación por escrito porque debe quedar registrado, para inspecciones posteriores de las autoridades y para garante del farmacéutico digital. El farmacéutico debe estar identificado durante este asesoramiento con nombre y número de colegiado.
3. Es deseable dedicar a un farmacéutico que esté especializado en AF a realizar la AF online, que debería proporcionar información completa y rápida al usuario, de acuerdo a los medicamentos que quiere comprar y los que está usando. De este modo el farmacéutico valorará posibles interacciones de medicación y si se está realizando un buen uso, sin abuso, de los medicamentos.
4. Se deben desarrollar protocolos de AF online respecto a las dolencias más básicas y de derivación al médico en patologías simples. La AF digital es más susceptible de crear dudas en el profesional, al no existir el contacto cara a cara, por lo que en algunos casos es conveniente adaptar los protocolos de AF de la farmacia física.
5. Se debe acompañar al medicamento de un resumen de la información necesaria para su correcto uso, o se puede asesorar sobre ello al usuario por email.
6. Se debe desarrollar un servicio de seguimiento farmacoterapéutico online y farmacovigilancia online a través de la página web de la farmacia para que el usuario pueda utilizarlos en caso de que sea necesario
Debemos recordar que el RD870 fue creado para resolver un problema de salud pública, el creado por el consumo de medicamentos falsificados comprados en webs ilegales. Debemos profesionalizar la AF online para que seamos capaces de asegurar el buen uso del medicamento, y por tanto garantizar que no se crea un problema nuevo de salud pública debido a la falta de AF en las farmacias digitales.
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